Reseñas
Reseña de Toledo Neder, Ricardo y Henriques, Flavio Chedid (Orgs.) (2024) Um horizonte de lutas para a autogestão: o trabalho organizado por plataforma digital. Marília/SP, Lutas Anticapital
La crisis del año 2008 dio lugar a un proceso de reestructuración del sistema capitalista que consolidó la Cuarta Revolución Industrial basada en la digitalización. Entre ello, los negocios digitales se focalizan en la extracción y uso de datos como materia prima. Este proceso establece una nueva conexión entre empresas, trabajadores y consumidores, lo cual también implica desafíos para la organización colectiva.
El trabajo coordinado por Ricardo Toledo Neder y Flavio Chedid Henriques titulado como “Um horizonte de lutas para a autogestão” se vuelve fundamental para comprender la lógica actual del capitalismo digital. La obra cuenta con el apoyo del Conselho Nacional de Desenvolvimiento Científico e Tecnológico a lo que se suma la participación de universidades brasileras, la Universidad de la República (Uruguay) y activistas políticos de diferentes movimientos sociales de Brasil.
La publicación se divide en dos ejes centrales que estructuran los trece capítulos del libro. Por un lado, se trata de caracterizar, identificar y reconocer las diferentes modalidades del funcionamiento de las plataformas digitales, el impacto en la salud de los trabajadores y la consiguiente pérdida de derechos ante una supuesta “autonomía” laboral. Al mismo tiempo, la segunda parte compara y profundiza las experiencias de diferentes proyectos colectivos reconocidos como cooperativas de plataformas.
La obra inicia presentando el plataformismo como la forma más reciente de la reestructuración capitalista caracterizada por los avances tecnológicos y cibernéticos. Es la combinación de la supervisión, control y explotación de los procesos taylorista, fordista y toyotista cuya lógica sólo puede ser entendida a partir de la conexión entre el circuito de valor, el sistema financiero (fondos de inversión), la innovación tecnológica y el uso cada vez más ampliado de las plataformas digitales. Esto da lugar al ascenso de unicornios tecnológicos y start ups. En resumen, las plataformas digitales son el resultado de la transformación digital, el proceso de intermediación es la plataformización y el plataformismo el actual modo de producción.
El segundo capítulo aborda la organización de trabajadores uberizados y de reparto en el marco de la pandemia. Las manifestaciones sociales se dieron en el marco de la pandemia y visibilizó las condiciones precarias de trabajo. Las empresas se presentan como oferentes de servicios promocionando una falsa autonomía que los desliga de responsabilidades legales. También importa la idea de gerenciamiento del tiempo por parte de los trabajadores, aunque la misma esté condicionada por los algoritmos. A mayor necesidad del trabajador plataformizado, menor es la libertad que tiene para determinar su jornada de trabajo.
También se aborda la situación de la salud de los trabajadores de plataformas recopilando información destacada sobre el impacto de esta dinámica laboral. Hay un fuerte incremento de los riesgos laborales y a esto se suma la falta de cobertura y previsión social. Aparte se produce un fuerte desgaste en el plano físico, psíquico y social de los plataformizados, por lo tanto, la lógica del emprendedurismo de sí mismo es poco rentable para quienes solo venden su fuerza de trabajo. Estrés laboral, problemas gastrointestinales, aumento de peso y el incremento de las muertes por accidentes de tránsito e inseguridad callejera son las consecuencias más graves.
En el cuarto capítulo se hace foco en el control de la fuerza de trabajo y la captura del conocimiento que están marcadas por tres facetas distintas: la lógica algorítmica, la precarización del trabajo con contratos que ofrece una falsa autonomía y el emprendedurismo como nuevo ethos. El papel de los desarrolladores, analistas e ingenieros en informática es fundamental porque los trabajadores son comandados por plataformas y requieren de la validación de los usuarios para su puntuación, siendo los propios clientes quienes hacen juicio valorativo sobre los repartidores o choferes. Esto quiere decir que el capital tiene la capacidad de capturar el conocimiento social y vincularlo al capitalismo cognitivo.
La comprensión del proceso de trabajo es fundamental para entender la función ejercida por los repartidores y conductores de transporte de pasajeros vía plataformas. Ante la dificultad para construir espacios de acción colectiva, la dinámica tecnológica y las redes sociales facilitan la conexión y comunicación entre trabajadores. La lógica conectiva y la colectiva forman parte del mismo proceso para comprender y generar interacciones que ayuden a construir la identidad de un colectivo. Estas formas de interacción generan más empatía y amplían su alcance de exposición. Una instancia de lucha social estuvo marcada por el reclamo de cuestiones económicas, reconocimiento social y por mejores condiciones laborales. La estrategia que implementaron los motoboys fue el bloqueo de las aplicaciones, la cual fue coordinada por las diferentes redes sociales, sin prestar servicio en ese marco.
Por su parte, el capítulo seis aborda la experiencia de los Grupos de Trabajos que se crearon al asumir la nueva presidencia Lula Da Silva. Son tres equipos enfocados en analizar, estudiar y presentar propuestas superadoras para la Valorización de la Negociación Colectiva, Valorización del Salario Mínimo y la Reglamentación del Trabajo de Plataformas Digitales. La misma tiene como fin alcanzar acuerdos equilibrados entre las partes desde la base de reconocer que el trabajador de plataformas no es un emprendedor y se les debe garantizar un sistema de protección. Mientras que la Central Única dos Trabalhadores (CUT) considera a este bloque de trabajadores como un eje elemental de su lucha sindical ya que comprende a la relación de las plataformas como un vínculo de empleo y no de empresarios y colaboradores o emprendedores.
El grupo de trabajo para regular las plataformas se dividió entre repartidores y conductores. Ambas facciones pusieron en tela de juicio la supuesta autonomía, la flexibilidad laboral y la capacidad de elegir los horarios de trabajo. El eje central de la discusión fue sobre el encuadramiento jurídico de las plataformas: se presentan como tecnológicas, cuando de facto se encargan de la intermediación para el traslado de personas y transporte de mercancías. Las diferencias no tardaron en aparecer ya que los repartidores se encontraban al límite de enfermedades física y mental. Por su parte, los de UBER ponían sobre la mesa el tema de la remuneración y los costos, la salud, la problemática de los seguros, y la transparencia de los algoritmos.
Por otro lado, de los capítulos siete al nueve se trabaja con el concepto cooperativismo de plataforma cuya noción ganó notoriedad en la última década por The New School de Nueva York. Brasil es un país con más de 6.000 cooperativas integradas en la Organização das Cooperativas Brasileiras (OCB) y permite construir lazos sociales solidarios en el nuevo contexto digital. Se trata de un movimiento crítico que analiza y estudia las características reales del sector de plataformas contraponiéndose a los modelos cooperativos de Silicon Valley. El cooperativismo de plataforma consta de procesos democráticos de gestión federado y participativo para fortalecer la organización porque la verdadera valorización de las personas se da en la politización de su participación. Uno puede resistir al capitalismo, pero es imposible escapar de las reglas del juego, así que el uso de una página web o red social es vital para asegurar la comercialización o distribución de los productos que reparten. Estos “emprendimientos solidarios de plataforma” reciben el apoyo de incubadoras tecnológicas vinculadas a universidades nacionales.
Uno tiende a creer que la digitalización desconecta a los trabajadores de plataformas, cuando en realidad sus funciones remunerativas se producen en la calle, lo cual da espacio a un mayor margen de acción, cooperación y organización. Así pueden unir fuerzas para exponer, reclamar y criticar el modelo laboral del plataformismo. A pesar de la promoción de la autonomía laboral estamos ante un emprendedor precario, mientras que con el cooperativismo se logra mayor justicia económica y democrática. En cuanto a la remuneración, condiciones de trabajo, contratación, gestión y representación incumplen las plataformas incumplen con los patrones de condiciones dignas de trabajo para sus colaboradores.
Se requieren de políticas de Estado para el éxito de este tipo de cooperativismo. La gestión pública es fundamental para garantizar su desarrollo, dar sustento legal, reconocer el derecho a la movilidad a través de reglas claras de tránsito y garantizando condiciones dignas para prevenir fatalidades viales ya que incrementó la siniestralidad entre el 2016 y el 2022 con personas hospitalizadas por accidentes de tránsito.
En el capítulo diez se demuestra como la autogestión y la tecnología puede ser favorables a los trabajadores. El colectivo Educação, Informação e Tecnologías para Autogestão (EITA) fundado en el año 2011 logró comprender la importancia del uso de las TICS y su implementación en la acción colectiva a favor de sectores marginados. Los principios fundamentales son: la autogestión, acceso a un software libre, desempeño participativo, acción conjunta con movimientos sociales del campo popular y su funcionamiento interno. La conquista más importante fue el acceso al Seguro por Accidentes de Trabajo.
Uno de los casos más destacados de cooperativismo de plataforma es el de Señoritas Courier. Se trata de un grupo de mujeres y miembros del colectivo LGBTIQ+ que estableció su propia dinámica de trabajo. Se localiza en la ciudad de San Pablo y promueve dinámicas más dignas y humanas para las repartidoras. La plataforma colaborativa fue construida por un grupo de trabajo de la UNICAMP.
En la sección doce se recupera el caso del Movimiento dos Trabalhadores Sem Teto (MTST), una agrupación que lucha para acceder a una vivienda digna y su principal meta es alcanzar la soberanía digital, es decir, que sean los trabajadores los que impongan las reglas del juego y no las plataformas multinacionales.
Por último, la moneda social Mambuca utilizada en el municipio de Maricá en Río de Janeiro es uno de los grandes ejemplos de la digitalización. Su validación requiere de la existencia de arreglos sociales comunitarios y este medio de intercambio tiene cinco características fundamentales que van desde los requisitos particulares, códigos, gestión de la plataforma y apropiación económica. Su aplicación se da tanto como fondo de crédito solidario, moneda social corriente local, en ferias de productores y para capacitación en economía social y solidaria. En los últimos años se avanzó fuertemente en la digitalización de las monedas sociales a partir de la legislación que valida los pagos electrónicos.
En resumen, Horizontes ofrece una amplia perspectiva sobre los diferentes desafíos que implica la regulación del trabajo de plataformas, pero también como los repartidores y trabajadores de transporte de pasajeros vía aplicaciones han logrado concretar algunas experiencias positivas en su proceso de organización.
Recepción: 24 febrero 2025
Aprobación: 10 marzo 2025
Publicación: 01 abril 2025